Carla es de gran tamaño, sí. Pero también de gran corazón y gran carácter. Dulce, cariñosa y juguetona como un cachorrito.
Los perros grandes apenas tienen posibilidades en las perreras. En cambio esta preciosa perrona, a la que ahora llaman Lisa, ahora está tan a gusto disfrutando de su vida gracias a las personas que la adoptaron.
¿No está preciosa?
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